Todos sabemos que tener un animal doméstico ( sea perrito, gatito, hámster, periquito o tortuga…) supone que además de darle de comer y disfrutar de su compañía y de sus encantos, está expuesto a multitud de factores, tanto ambientales como internos que lo pueden hacer susceptible de enfermar o incluso transmitirnos alguna enfermedad infectocontagiosa ( zoonosis).
Muchos de estos animales pueden estar aparentemente sanos y sin embargo ser portadores de muchos agentes infecciosos que pueden contaminar el ambiente o nuestras casas en las que viven, con sus secreciones, orines o deposiciones o incluso con un simple arañazo contaminar nuestra piel.
A parte de las mínimas condiciones de higiene tanto nuestra ( lavarse las manos, no morderse las uñas, no dejar estos animales duerman en nuestra cama, evitar nos chupen la cara, etc…) como la higiene de ellos ( baños, antiparasitarios internos, etc….), debemos de llevar unos protocolos sanitarios que pueden variar y ser específicos según el tipo de mascota que cuidemos.
Como mínimo nos han dicho que debemos desparasitar y vacunar contra las enfermedades más importantes, pero hoy en día están surgiendo o aumentando el número de casos de agentes o enfermedades que antes eran puntuales, por lo que los programas sanitarios, y esa es nuestra labor, van cambiando, evolucionando y por tanto debemos informar.
Por ejemplo cito el marcado aumento de gatos con garrapatas, gatitos con coccidios (parásitos intestinales que pueden cursar con enteritis y deshidratación) y otros parásitos o agentes que pueden ser compartidos o trasmitidos entre varias especies (por ejemplo tortuga-perro, canario-gato…etc) y entre ellos intercalarse el hombre.