Cuando uno investiga e investiga sobre la replicación de virus y la multiplicación de células cancerosas, llega a la misma conclusión: se necesitan ciertas proteínas que desencadenen estas multiplicaciones. Si uno se obsesiona dia y noche sobre el tema, e investiga más y más con la moderna biblioteca de Alejandría (la internet) se dá cuenta de que al final son como unas piezas del tetris las que tienen que encajar en la larga cadena de ácidos nucleicos de las células humanas, o animales, para provocar la multiplicación de los virus o de las células cancerígenas. Pero este tetris es en 3D, no vale el tipico tretis 2D de toda la vida. Que se lo digan a la talidomida, que en una forma 3D era causante de malformaciones en los fetos y en otra forma 3D estaba indicada para el tratamiento de náuseas y no producía malformaciones.
Esto explica el por qué determinadas moléculas, diseñadas y usadas para otros menesteres, se están usando ahora mismo para tratar el puto coronavirus y a las putas células cancerígenas. Como hoy en día la economía prima sobre la salud de las personas, ya no sale rentable producir medicamentos baratos, que ya han perdido su plazo de patente, o sea, cualquiera puede producir ese medicamento sin pagar cánones extra. Esos medicamentos que ya no se usan porque no se gana dinero con ellos pueden salvar muchas vidas, pero ya no sale rentable. ¿ejemplos? muchos: cimetidina, levamisol, ivermectina, azitromicina, etc..
Es acojonante el descubrir como fármacos antiparasitarios, como la ivermectina, la milbemicina, la cloroquina, etc.. sirven igual para tratar parásitos, que para tratar virus que para tratar el cáncer. Que cojones está pasando con éstas moléculas?. La clave está en su estructura 3D.
Si uno además está obsesionado con los semiconductores (palabreja mal traducida al castellano), incluyendo el arduino y a toda la parafernalia de las radiaciones electromagnéticas a las que estamos sometidos, o somos capaces de producir, esto es, a saber, una corriente eléctrica induce un campo magnético, y viceversa, un campo magnético induce una corriente eléctrica, y además es fan de la serie La que se avecina, en la que Fermín Trujillo repite constantemente «algo hay, llámalo dios, llámalo energía, pero algo hay, el universo nos está hablando…. Ahí está la clave: en la energía.
Bueno, para los más preparados, saber que la energía depende de la frecuencia, ya que es directamente proporcional a ella (E=h*v).
El hecho es que las enfermedades se pueden estudiar desde el punto de vista macroscópico (autopsias, cirugías, y todas las técnicas que permiten diagnosticar y tratar «a ojo» a las enfermedades), desde el punto de vista microscópico (citologías, histologías, etc..), desde el punto de vista bioquímico (análisis químicos en el laboratorio) y desde el punto de vista eléctrico (esto ya es menos frecuente: pocos tienen los cojones de estudiar las enfermedades desde el punto de vista eléctrico, salvo algún «pirado» que ha hecho sus pinitos al respecto y lo han tratado como «loco»).
Hay que saber que estamos siendo bombardeados diariamente por radiaciones electromagnéticas naturales, la misma luz, y otras artificiales que aumentan nuestra «calidad de vida» como las wifi y los teléfonos «inteligentes» que nos permiten interactuar con otros primates humanos a tiempo real, sobre todo para enviarnos mensajitos cachondos de bromas sobre el coronavirus y el confinamiento.
Pues bien, si alguien hubiera parido a una persona que fuera médico, veterinario, bioquímico, físico e ingeniero electrónico, hubiera sido el padre de la persona que puede curar las infecciones víricas, parasitarias y el cáncer. Esa persona no existe. Si uno se pone a investigar en la referida biblioteca de Alejandría desde el punto de vista médico, veterinario, bioquímico, físico e ingeniero electrónico, al final se pierde: siempre te falta algún conocimiento para el que no has sido adiestrado, y te toca estudiar y estudiar sin parar, sin llegar nunca a comprender cosas que no te explicaron.
¿Veterinario por que? joder somos los únicos adiestrados para la «higia pecoris, salus populi» (no se si se escribe así, pero paso de buscarlo). O sea, estamos adiestrados para la SALUD PUBLICA. Sabemos todo lo que hay que hacer en caso de una pandemia, mejor que los médicos.
Después de éste preámbulo introductorio resulta que uno descubre que A CIERTAS FRECUENCIAS, podemos interferir en el mecanismo de replicación de virus, parásitos y células cancerosas. O sea, podemos suministrar electrones, ya sea por el aire o por aplicación de corriente eléctrica, contínua (directa según los ingleses) o bien alterna, para fastidiar ese acople de moléculas (con una determinada estructura 3D definida por los enlaces atómicos y sus electrones) e inhibir dicha multiplicación.
¿por qué no ponemos a un médico, a un veterinario, a un bioquímico, a un físico y a un ingeniero electrónico juntos para diseñar un plan de ataque?. Igual no se le ha ocurrido a nadie o bien no hay presupuesto para pagarles, teniendo en cuenta que en España se investiga para figurar, no para investigar. El presupuesto que damos para investigar un tema es para pagar al funcionario de turno para que pueda cobrar a final de mes su nómina. Somos cientos, o miles, los que estamos dispuestos a investigar, sin cobrar, sobre estos temas.
A que frecuencias podemos bombardear con electrones a las células para que no produzcan virus, parásitos o células cancerosas? Yo tengo una idea, pero la pondré en marcha cuando pueda, necesito voluntarios, y que no me metan en el «maricomio». Hay una determinada frecuencia de bombardeo de electrones que pueden parar esa mutiplicación de virus y células tumorales, que básicamente usan las mismas vías. Con 5 Euros te diseño un circuito electrónico con arduino y dos circuitos más.
Te quieres bombardear de electrones? Ponte debajo de una pinada y verás como las antenas (ramas y hojas de los pinos) equilibrarán tus radiaciones electromagnéticas. En dos minutos estarás nuevo, pero tan pronto vayas a la civilización moderna volverás a intoxicarte.
En ese caso de que tengamos éxito tendremos un problema: no se morirá nadie, y a ver que hacemos con tantos humanos (ya no se morirán tantos millones de personas al año) y veremos que hacemos con los miles de millones de «leuros» que tienen invertidos las farmacéuticas para seguir viviendo del tema.
Ahora vas y lo tuiteas.