¿Quién no conoce a este precioso animal?. La mayoría de gatos que encontramos por la calle y que tenemos como mascotas pertenecen a ésta raza. Si bien no está tan definida como el Británico de pelo corto sí que tiene muchos defensores entre la población continental. Además fue el precursor del Americano de pelo corto.
Según la Fédération Internationale Féline (FIFe) los europeos se han desarrollado de forma natural, es decir, sin haber sido sometido a reglas especiales para la cría y está totalmente libre de genes aditivos de otras razas. Provienen de cruces entre especies silvestres euroasiáticas y africanas desde hace varios milenios y la variedad rayada se ha llamado en más de una ocasión romano por ser aquellos los que lo introdujeron en Europa en su versión más antigua.
Es un gato robusto y flexible, que no es diferente, desde el punto de vista de la anatomía, del gato doméstico europeo. Ni demasiado corto ni demasiado delgado. Patas robustas. Suelen ser de tipo mediano-grande.
La cara da la impresión de ser un poco redondeada pero es un poco más largo que ancha. La frente es ligeramente redondeada con unas mejillas bien desarrolladas. Nariz recta y frente caracterizada por una hendidura profunda entre los ojos. El mentón es firme. Las orejas son medianas (altura=anchura) y están ligeramente redondeadas en las puntas y pueden tener mechones.
La cola no es muy larga, más gruesa en la base con punta redondeada.
El pelo ha de ser corto, denso, brillante. Tienen una cola de longitud mediana, más bien gruesa en la base y que se estrecha gradualmente hasta una punta redondeada.
Se permiten los siguientes colores: Blanco, negro, azul, rojo y crema. La distribución de los colores permite, además de los tradicionales atigrados, que haya animales tricolores, bicolores, arlequines y tipo van.
El gen para los ahumados está permitido, así como las gatas tipo Tortie.