QUEILITIS o inflamación de la comisura labial en Cobayas.

Hay que llevar cuidado tanto con la dieta como con los objetos con los que dejamos jugar a las Cobayas fuera de nuestra supervisión.

La inflamación de la comisura labial se considera que es una enfermedad en cuyo proceso intervienen muchos factores por lo que se denomina multifactorial.

Dentro de dichos factores existen aquellos agentes que predisponen a su aparición como son el tipo de alimento (muy erosivo), el material de construcción del nido (si es muy abrasivo), las chupetas de los bebederos (si presentan superficies rugosas), la falta de vitamina C en la dieta (ya que hay que recordar que los Cobayas no pueden sintetizarla por lo que la tienen que tomar de la dieta) y problemas que puedan haber en los dientes (su mal crecimiento puede provocar excesiva salivación y ésta provocar la maceración de la comisura labial).

Los otros factores serían desencadenantes y son las bacterias (estafilococos de la piel) y virus (poxvirus) que aprovechando que la piel ya está dañada desencadenan un cuadro inflamatorio e infeccioso provocando la queilitis.

Cuando aparece un Cobaya con la comisura labial costrosa, inflamada y con problemas para alimentarse correctamente lo que hay que hacer es limpiar bien la zona con un antiséptico suave y corregir la causas que le predisponen a sufrirla, si las hubiera y acudir a un veterinario especializado que le instaure una pauta antibiótica y terapéutica adecuada.

Hipovitaminosis C en Cobayas.

Las Cobayas comparten con las personas el hecho de ser uno de los poquitos mamíferos que necesitan un aporte de Vitamina C en la dieta por no poder sintetizarla.caerles

La vitamina C es un buen antioxidante por lo que ayuda en la eliminación de toxinas del cuerpo; ayuda en la cicatrización de heridas y quemaduras; ayuda en la recuperación ósea, cartilaginosa y dental, tiene propiedades laxantes por lo que regula el estreñimiento; tiene propiedades antihistamínicas; mejora la visión e interviene en la prevención de glaucoma y cataratas; tiene efecto antimicrobiano frente a ciertas bacterias de aparato respiratorio… y más. Los primeros síntomas de un proceso de hipovitaminosis C desarrollado tras unas 2-3 semanas sin consumir vitamina C afectan a la condición general del cobaya, la piel y el pelo se ven afectados, aparecerán más tarde pododermatitis, dolor en huesos que les impiden moverse o se quejan al tocarlos, heridas en las mucosas orales con inflamación pudiendo debilitarse los dientes y favorecer un síndrome de mal oclusión. También hay bajada del sistema inmune y se favorecen las infecciones respiratorias.

Con todo lo que hemos dicho podemos hacernos una idea de lo importante que es la vitamina C para un cobaya que no es capaz de sintetizarla. Es por eso que deberá ingerirla en la dieta.
En muchos casos la vitamina C que está presente en los piensos y mezclas para cobayas no se mantiene estable hasta su consumo por lo que no es la mejor fuente para que la cobaya la adquiera.
Junto al heno que se le dará ad libitum a la cobaya y el pienso racionado deberemos darle también una serie de verduras frescas con las que tendremos cubiertas la necesidades diarias de una cobaya.
Los cobayas necesitan unos 10-30mg/Kg de vitamina C al día. Necesidad que puede llegar a triplicarse en ciertos procesos fisiológicos como el embarazo o en procesos patológicos llegando a tener que suministrar hasta 100mg/Kg de peso que se hará de forma médica mediante preparados especiales.
De las frutas y verduras más ricas en vitamina C, que podemos tener en casa, y que más fácilmente pueden ser del gusto de un cobaya tenemos:
Pimientos rojos: 130-195mg/100g
Espinacas: 130mg/100g
Brócoli: 95mg/100g
Col de Bruselas:85/100g
Perejil fresco: 150mg/100g
Alfalfa germinada: 200mg/100g
Escaramujo, fruto del rosal: 1000mg/100g
También son ricas en vitamina C las hojas de la Col, Rúcula, Mostaza, Remolacha y Diente de león.

No es conveniente abusar de ninguna de estas verduras sino hacer una combinación de varias de ellas para que así el cobaya se acostumbre a todas y siempre que no tengamos de algunas poder darle de otras. En algunos casos como con las espinacas; por tener cierto efecto descalcificador, y con el perejil; por tener cierto efecto hormonal, no se aconseja su abuso. En contra de lo que siempre se ha pensado los cítricos no son los que más vitamina C contienen y además suelen sentarles mal al digestivo de los animales herbívoros por lo que no son fruta muy recomendable para las cobayas.

Alimentación de Chinchillas y Cobayas.

La alimentación es uno de los pilares del cuidado a nuestras pequeñas mascotas.

Si bien es posible alimentar a una chinchilla con pienso preparado para conejos o cobayas, ya hay pienso específico para ellas. Las chinchillas suelen adoptar una postura sentada para comer, cogiendo con sus extremidades anteriores los gránulos de pienso. Las chinchillas en su medio natural son grandes consumidoras y trasformadoras de fibra vegetal.
El contenido del pienso debe estar regulado para que haya una buena proporción de las distintos nutrientes, a saber: 16-20% proteína bruta; 35% fibra bruta y unos 2-5% grasas, debiendo aportar unas 2700 calorías por Kilo. El heno sería la base de la alimentación en las chinchillas pues, como ya hemos dicho, son grandes trasformadoras de fibra vegetal. Debemos dejar el pienso entonces como una parte de la dieta pero no la base principal. Agua como siempre ad libitum y podemos complementar la dieta con frutos secos (les encantan las nueces) y alguna verdura (zanahoria, hojas verdes). Sí hay que recordar que son muy sensibles a los cambios en la alimentación por lo que cualquier cambio que se produzca en ella deberá hacerse de forma lenta y estudiada.

Las cobayas es mejor que se alimenten con piensos especializados para ellas que deberemos complementar con heno, verdura y suficiente vitamina C (por lo menos 10mg/Kg al día, aumentando a 30mg/Kg diarios durante la gestación o procesos patológicos). Hay que comprobar que el pienso que compremos cumple los requerimientos de vitamina C que el cobaya necesita (normalmente se mantiene 3 meses en el pienso tras el envasado).

El porcentaje de nutrientes en cobayas suele ser: 15-16% proteína bruta, 3,5% grasas, 20% celulosa. Los cobayas son muy especiales a la hora de comer, y cambios bruscos en la dieta conduzca en muchas ocasiones a que deje de ingerir alimentos, un aumento o reducción del porcentaje de alimentos frescos puede ocasionarles trastornos digestivos. Deben tener agua ad libitum siempre y cuando esté limpia y fresca, que colocaremos un poco elevados para evitar que defeque en ella. Al ser muy desconfiados los cambios en el “mobiliario” de la jaula, sobretodo los referidos a comederos y bebederos, deben ser graduales pues no comen o beben en recipientes que no les resulten familiares. También pueden dejar de comer por cambios bruscos en la dieta ya que tienen un apetito muy caprichoso. Al igual que los conejos, los cobayas, tienen un sistema digestivo algo más rudimentario que los rumiantes por lo que para recuperar parte de las vitaminas sintetizadas en el intestino grueso por la flora bacteriana y darle una segunda oportunidad a la comida medio digerida producen cecotrofos que consumen directamente del ano. Los cecotrofos son pues unas deposiciones blandas de comida parcialmente digeridas con alto contenido en vitaminas sintetizadas por la flora bacteria del intestino. No consumen, sin embargo, las deposiciones normales.

Reproducción de Cobayas.

La diferenciación sexual: Las cobayas poseen sólo un par de mamas en la región inguinal y sus genitales externos son muy similares. En los machos adultos se puede exteriorizar el pene presionando suavemente ambos lados de la abertura genital, en los jóvenes se puede palpar. En las hembras se aprecia una formación en Y entre la entrada de la vulva y el ano. Una membrana cierra la vagina excepto en el período de celo y el parto. No nos deberemos confundir al visionar areolas mamarias con el pezón en los machos pues están más desarrollados que en otras especies.

Madurez sexual:
En los macho acontece hacia la semana 9ª-10ª y en hembras hacia la 4ª o 6ª. Si queréis que vuestra cobaya hembra sea mama se aconseja cubrirla entre los 3 y 6 meses porque después se osifica la pelvis (no es flexible) y tiene un alto riesgo en gestaciones posteriores de sufrir problemas en el parto. Si bien, continúan creciendo hasta los 18 meses aproximadamente.

Los cobayas son polígamos, y aunque se adaptan a estar en parejas a los machos les gusta tener a varias hembras a su disposición. Hay que tener controlado al macho porque aunque de ordinario se mostrará indiferente ante las crías podría enfurecerse y atacarlas, separarlo ante la primera señal de acoso.

Las hembras tienen celos durante todo el año. Su ciclo dura unas 2-3 semanas aunque sólo se dejará montar durante unas horas. En este período la hembra reacciona antes las caricias en el lomo e incluso intentarán montar a otras hembras.

La gestación dura 59-72 días en función de la raza, línea genética, tamaño de la camada (a mayor tamaño de la camada menor tiempo de gestación) y se diagnostica a las 4-5 semanas mediante palpación abdominal y por el aumento de peso (lo doblan al final). Se recomienda que la temperatura no se salga de los límites 18-32ºC para que tanto la gestación como el posterior desarrollo de las crías sea adecuado. Las temperaturas extremas pueden ser causa de muerte perinatal. El momento del parto es difícil de prever pues no suele crear nido.

Tamaño de la camada: 1-6 (media 3-4) pesando alrededor de 50-100 gramos. Las crías nacen en un avanzado estado de desarrollo, con pelo, ojos abiertos y capacidad de ingerir alimento sólido.

El destete se realiza hacia las 3-4 semanas.