Feeding and caring for Gerbils at home


By Domingo García


Gerbils are clean animals that are relatively odourless with a natural curiosity and easy to handle.

They are very friendly and will climb onto your hand without any problem to take food even though you don’t have to handle them too much.

Their livers are mainly nocturnal but they do leave their nests if they hear a noise that worries them.

Gerbils are able to retain water but this does not mean that you do not have to give them water on a regular basis.

An important factor in caring for gerbils is the temperature they are kept at. Although they can survive at 30C, the ideal ambient temperature for them is between 17-22C with a humidity level of not more than 50% otherwise their fur will turn greasy.

They are able to live together, especially if they have been brought up together but they are known to fight and females are more aggressive than males.

It is advised to house gerbils in either metal cages or fish tank-style containers that have plenty of ventilation. If a metal cage is to be used make sure the space between the bars is not too wide because gerbils are very agile and can squeeze through small gaps.

The flooring of the cage should be of an earthy-type material because gerbils like to burrow and their nest should ideally be made of paper. Avoid using materials with artificial fibres as these can be ingested and cause respiratory or digestive problems.

The use of sand is also not recommended as this can cause abrasions to the animals face.

Feeding gerbils is straight forward. You can use a mix of seeds that contain protein granules and the diet can be supplemented with fresh vegetables.

Gerbils also like oily seeds such as sunflower as well as dried fruits which can be given as treats rather than as part of their regular diet because this could cause osteoporosis if their calcium intake levels drop, which in turn could lead to bone fractures or deformities.

Clasificación zoológica e introducción histórica del hurón.

A partir de hoy vamos a desmenuzar todo nuestro conocimiento sobre los hurones en pequeños capítulos.

CLASIFICACIÓN ZOOLÓGICA
Reino:            Animalia
Subreino:      Eumetazoos
Tipo:             Chordata
Subtipo:       Vertebrata
Clase:           Mammalia
Subclase: Eutheria o Placentaria
Orden:          Carnivora
Familia:       Mustelidae
Género:       Mustela
Especie:      putorius furo

La palabra ferret en inglés o hurón en español, se deriva del italiano furone que quiere decir ladrón y del latín furritus que significa pequeña piel ladrona. En sí, en la lengua inglesa ferret es un verbo, que de acuerdo con el diccionario se traduce como rastrear, indagar, averiguar y cazar.
El hurón pertenece a la familia Mustelidae que significa «aquellos que transportan roedores», la cual incluye a la nutria, al visón, a la marta, a las mofetas, al hurón de patas negras y a muchos otros más. Su familia, es decir, la de los mustélidos pertenece al orden de los Carnivora. Por sus características se puede decir que ocupan un lugar intermedio entre los cánidos y los félidos, estando más cercanos los primeros.
A través de la cría de turones en cautividad se consiguió un animal doméstico al que actualmente conocemos como Hurón.
El hurón doméstico es genéticamente similar al Mustela putorius europeo, pero en 1758, las líneas de clasificación taxonómica lo nombraron como Mustela furo. Científicamente el hurón doméstico es un Mustela putorius furo. Furo es latín y se debe a su pequeña estructura alargada. Putorius se deriva del latín putor cuyo significado es hedor.

BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

Los primeros datos que se tienen sobre los hurones nos inducen a pensar que comenzaron a ser domesticados por los egipcios alrededor de los años 1500 a 1400 antes de la era cristiana, para ser utilizados como mascotas y para la caza de ratones. Si bien, no se han encontrado hurones momificados hasta la fecha y sí aportaciones de los romanos que viajaron a Egipto y que pudieron asignar al hurón la función de control de roedores que tenía el gato en Egipto. Griegos hacia el 450 a.c y romanos los usaron, así mismo, con fines cinegéticos.  Se sabe, por ejemplo, que César Augusto los envió a las Islas Baleares para controlar una pertinaz plaga de conejos hacia el año 6º a.c.
Posteriormente, se dedicaron a eliminar plagas en Alemania, Inglaterra y España.
Durante el Renacimiento, las familias de pocos recursos utilizaron a los hurones para la caza del conejo, puesto que eran capaces de introducirse en las galerías de estos y capturarlos, sacándolos después al exterior donde el cazador acababa con ellos y de esta manera, sus familias contaban con un medio para conseguir más alimento. Este tipo de caza aún se practica en ciertos lugares.
En realidad, adquirieron popularidad cuando en el último tercio del Siglo XIX, la Reina Victoria de la Gran Bretaña adoptó como mascota a un hurón albino, además de agasajar con alguno de ellos a sus allegados como regalo.

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