Despigmentación de la trufa en perros.

Tron tiene una despigmentación en la trufa que cada invierno se hace más amplia aunque en verano le remite. ¿Sábes cómo se llama este proceso?.

Al igual que el color del pelo y de la piel, el color de la nariz de los perros viene determinado por la genética. Podemos encontrar perros con la nariz negra, marrón o blanca (más bien rosada). Conforme avanza en edad nuestro perro pueden aparecer cambios en la coloración del pelo y de las mucosas, aparecen más pelos blancos y también puede perderse pigmentación en trufas oscuras. En otras ocasiones esta alteración del color puede deberse a problemas médicos.

La primera causa que veremos es denomina snow nose o nariz de invierno. Esta alteración tiene lugar en los meses de invierno en razas, normalmente, de capa clara del tipo Labrador, Golden, Samoyedo o Husky. En verano, sin embargo, recuperan su coloración obscura natural. Conforme avanzan en edad se mantiene durante más tiempo la decoloración y suele ser más intensa. Suele aparecer una franja blanca que crece cada temporada y se rodea de un halo negro. Se cree que este efecto es debido a que las enzimas que producen los pigmentos son menos eficientes en climas fríos y además pierden efecto con la edad.

Las heridas en la trufa también puede ocasionar una pérdida temporal o permanente de la pigmentación en esa zona al igual que ocurre en otras partes del cuerpo.

El vitíligo es una enfermedad inmunomediada que forma anticuerpos contra células pigmentarias  que son responsables del color de la nariz, también puede afectar a labios y otras partes del cuerpo. Los anticuerpos destruyen las células, lo que resulta en la pérdida de color. Para su diagnóstico se necesita de una biopsia. Doberman, Pastor Alemán, Rottweiler y Dachshunds tienen mayor predisposición. Si bien la salud del perro no se ve afectada por esta enfermedad, los suplementos nutricionales pueden ayudar a restaurar el pigmento del perro.

Algunos procesos alérgicos también se asocian con la pérdida de pigmento en la nariz. Cambiar los comederos de plástico por otros de acero inoxidable es el primer paso para descartar esta hipótesis, sobre todo si viene asociada a inflamación de los belfos.