El contacto con larvas u orugas del pino da lugar a la intoxicación por procesionaria tanto en el hombre como en pequeños animales ( más en el perro, pero curiosamente cada vez más casos en el gato).
El causante son las distintas fases larvarias (5) del Thaumetopoea pityocampa, lepidóptero que se alimenta de las hojas del pino, acabando con muchos de estos árboles en nuestras latitudes, defoliándolos.
Existen otras especies que pueden afectar a otros árboles como al roble o al ciprés….. que son la T.processionaea y T. solitaria, respectivamente, que aunque menos grave pueden dar lugar a la intoxicación.
La intoxicación se produce bien por contacto directo ( en el hombre cursa con urticaria, eritema, irritación ocular, alopecia…) o por contacto oral / facial o ingestión de las larvas, produciendo una reacción alérgica inflamatoria inmediata edematosa primero y necrotizante, después, potente y grave en muchos casos en la zona de contacto por una proteína presente en los pelos o dardos de las orugas, llamada taumatopeína.
El ptialismo o salivación abundante y la reacción edematosa exagerada es el principal signo clínico presente junto a la irritación por prurito local y vómitos incluso sanguinolentos o disnea en algunos casos, cuando la larva ha sobrepasado la cavidad oral o ha sido deglutida, siendo peor el pronóstico.
El tratamiento inicial, y siempre antes de las 2 horas posteriores al contacto, es no tocar ni limpiar la boca con ningún papel o trapo, pues se liberarían más toxinas de los pelos insertados en lengua y labios o paladar.
Debemos realizar un lavado intensivo de la cavidad oral con agua procediendo a continuación con la administración de corticoides endovenosos, antihistamínicos y antibióticos para minimizar el edema y la posterior necrosis, teniendo en cuenta que incluso con el tratamiento se puede producir la pérdida parcial de lengua por gangrena o zonas adyacentes.
Leyendo un poco sobre la biología del insecto vemos que las larvas son activas durante el invierno y su tamaño es mayor precisamente ahora en marzo.
Las formas adultas o mariposas salen de su etapa de pupa enterradas en el suelo al final del verano, poniendo unos 300 huevos por individuo que eclosionan en otoño, larvas con varias mudas y estadios que se alimentan de las hojas del pino durante el invierno, reunidas en las famosas bolsas o nidos de seda huyendo del sol, en las ramas de estos árboles durante el día haciendo su digestión, abandonándolas al atardecer y guiadas por una hembra para nuevo festín foliar.