Una ración de plomo para nuestro perro o gato.

Una barbaridad cuando leemos en los medios o en las noticias que han matado a tiros a un perro en un parque en Zaragoza, un pobre caniche cuando estaba ladrando a unos niños y cuando solamente quería jugar con ellos, llamando la atención.


No era un perro peligroso, no manifestaba signos de agresividad, cuando un desmesurado e irracional policia municipal sacaba la pistola y le pegaba dos tiros, con el peligro que sí conllevaba eso delante de tanta gente ante cualquier bala perdida.


Colgaba yo a ese señor ignorante de los animales y de su trabajo….pero no me sorprende, no es el único, el mundo está lleno de desaprensivos, de vecinos a los que les molesta cualquier gato que se le cuele en su casa y le robe el pescado de la cocina, o el perro del vecino que te ladra por las noches o se pelea por el territorio con el tuyo, si tienes perro te lo matan o te lo envenenan.


Disparos, empalamientos, ahorcamientos o envenenamientos son los que a menudo vemos y atendemos y nos llevamos las manos a la cabeza ante tal crueldad….sin añadir los accidentales, los típicos perros de caza, tan felices en su trabajo que reciben su ración de plomo, puñado de perdigones por sólo cruzarse en el camino entre el conejo y la escopeta o los que sufren los peligros del campo, venenos, cepos, etc.


Podemos describir una lista interminable de animales, bien sea perro o gato que acude ( y hablando solo de los que reciben plomo, de los ahogados, intoxicados y apaleados hablaremos en otro blog ) con un agujero sangrante ( bien sea en la cabeza, ojo, pierna, abdomen, pulmones..) del que descubrimos tras la oportuna radiografía que han sido disparados. A veces nos traen incluso animales heridos en la carretera, buhos, palomas, tórtolas, conejos…a los que también tratamos de atender y curar desinteresadamente.

El asombro del dueño es inminente al informarles su animal ha sido disparado con cerbatana, rifle, escopeta o pistola, la reacción enseguida es la de buscar al culpable, su vecino ?, pero no tenemos pruebas incriminatorias para proceder a la denuncia, se necesita un testigo y el arma, a veces homicida (perricida o gaticida en este caso).

La gran mayoría de los animales que acuden, los podemos salvar, cuando corren riesgo vital por perforación de intestino, de pulmón o de vejiga, requieren una urgencia operatoria…aunque a veces suponen la pérdida de un ojo o la reparación de una hueso fracturado…..

Y no contamos el tanto por ciento elevado de animales que son disparados y que nadie se da cuenta o pasan de ello en su casa, muchos acabarán muriendo por infección o incluso por intoxicación por plomo al cabo de incluso meses o años.

Seamos civilizados, por favor.


Para ampliar sobre el tema, porcentaje de animales afectados, órganos dañados, manejos y tratamientos de los heridos, dispondremos de un artículo específico en el blog para veterinarios.

Autor: Jose V. Griñán

Jose Vicente Griñán es veterinario del hospital JG desde 1994 y está especialmente formado en cardiología, electrocardiografía, ecografía, ecocardiografía, oncología, enfermedades infecciosas y parasitarias, y en medicina de reptiles. contactar con Jose

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