Ayudar a los pequeños roedores con hierba fresca.

La fibra es esencial para el buen funcionamiento del sistema digestivo de los herbívoros.

Muchos roedores como la Chinchila y el Cobaya y lagomorfos como el Conejo se alimentan principalmente de hierba. En la actualidad existen muchos preparados comerciales destinados a estas especies que en algunos casos presentan cierta carencia de fibra. La fibra digerible es el principal alimento en estas especies pero la fibra no digerible también presenta un importante papel ya que es la que ayuda a que el tránsito intestinal sea correcto y que la dentición tenga un desgaste adecuado. Sin este aporte de fibra en la dieta pueden aparecer serios problemas de dentición y también de malas digestiones que complicarán la salud de los pequeños herbívoros mantenidos como mascotas. Otras especies que no son roedores o lagomorfos también son herbívoras como las cabras enanas, las iguanas verdes, muchas tortugas de tierra, para estas especies también es importante el consumo de buena fibra vegetal. Además, especies como el cerdo, los ratones y ratas o muchos pájaros de jaula también se benefician de una fuente de calorías y vitaminas de origen vegetal con los brotes tiernos de muchas plantas.

La forma convencional de ayudarles sería con ciertas verduras de hoja verde como las hojas de la remolacha, la carlota, el nabo, rúcula, canónigos…etc.

También se puede ir más allá suministrándoles preparados como los preparados de hierba gatera. Estos preparados están bien para gatos que «comen» cada cierto tiempo un poco de hierba para pulgarse, para pájaros en jaulas a los que queremos dar un aporte de vitaminas frescas pero quedan un poco cortos en cuanto a cantidad para nuestros pequeños herbívoros.

Lo ideal sería poder realizar estos preparados en casa siguiendo las técnicas de los cultivos hidropónicos como explicamos en su momento en este mismo espacio.

Aquí os dejo el enlace para el artículo: Forraje verde organopónico casero.

Forraje verde organopónico casero.

El forraje hidropónico puede ayudarnos a variar la dieta de nuestras mascotas herbívoras.

El Forraje Verde Hidropónico u Organopónico es un tipo de cultivo  que se hace germinando cereales directamente en un recipiente con agua y sin usar un substrato de tierra. Los cereales empleados (trigo, cebada, avena, mijo, sorgo, maíz…etc) al germinar van agarrándose unas raíces con otras por lo que ellas mismas se usan de substrato. Esto hace que, al final, todo el paquete germinado sea comestible, pues pueden comerse la cascara de la semilla germinada y las raíces.

Si hablamos de hidropónico entendemos que se le añaden algunos nutrientes al agua de riego y/o fertilizantes y si hablamos de organopónicos entendemos que el agua es pura cuando regamos, sin aditivos de ningún tipo.

Ventajas (entre otras) de utilizar el forraje verde hidropónico/organopónico como fuente de alimento:
Se puede realizar en casa de una manera más o menos cómoda y sencilla.
Suele ser más económico que usar alimentos concentrados y más recomendable para su nutrición.
Se puede producir durante todo el año, independientemente del clima.

Procedimiento para un cultivo organopónico de forraje:
Se puede utilizar un tipo de semillas cada vez pues es probable que germinen en distintos momentos.

1.- Lo primero es cubrir bien con un litro de agua unos 100g de cereal y tras unos 10 minutos se retiran aquellas que queden en la superficie, que al no hundirse suele indicar que están dañadas.

2.- Se le añaden unas  gotas de lejía y se remueve. Con el cloro de la lejía también desinfectamos las semillas. Se pueden utilizar hasta 10ml de lejía por litro de agua pero no suele ser necesaria dicha cantidad.

3.- Las semillas se deben dejar unas 24 horas en remojo (no es imprescindible pero se puede dar un enjuague a las semillas hacia las doce horas).

4.- Después se colocan sobre una superficie plástica/cerámica que presente en su parte más baja un pequeño agujero por el que drene el exceso de agua. Para este fin se puede utilizar un contenedor de plástico de los que se usan para almacenar comida o una tarrina de un postre lácteo a los que habremos hecho unos pequeños agujeros en su base. El espesor de las semillas varía según su tamaño, las más pequeñas necesitarán un espesor algo menor y las de mayor tamaño uno mayor para poder hacer el forraje más denso y mantener mejor las raíces.

5.- Se debe mantener en obscuridad durante, al menos 24-48 horas para incentivar la germinación pues hay que tener en cuenta que las semillas en el suelo estarían tapadas por tierra.

6.- Una vez que se vean germinadas se pueden sacar a la luz (no directa) y dependiendo de varios factores (luz, especie de semilla y/o condiciones de manejo) tardará de 7 a 14 días en alcanzar el pleno desarrollo.

7.- Durante ese tiempo se debe administrar agua de forma regular, bien con un pulverizador o directamente pero siempre con la precaución de que no se quede depositada en el fondo de la bandeja (para eso los agujeros) y pudra las raíces. Se debe colocar en un sitio que esté húmedo para evitar riegos muy seguidos y ahorrarnos trabajo. La frecuencia de los riegos dependerá por tanto de la humedad de la zona, del tipo de semilla y del calor, entre otros.

Este forraje se puede dar a cobayas, chinchillas, conejos, gallinas, cabras, cerdos vietnamitas e incluso aves de jaula o reptiles herbívoros. Al principio siempre con precaución como cualquier alimento nuevo y después a libre disposición. Para que siempre tengamos disponible este alimento se pueden realizar cultivos cada día o cada dos días y siempre tendremos alguna bandeja preparada para su consumo. Incluso algún gato que otro será feliz si puede «pastar» en él.