En ocasiones apreciamos que nuestro perro, o gato, presenta las orejas calientes y enrojecidas. A veces, acompañado de sacudidas de las orejas o rascado con las patas de atrás. Y después de inspeccionarlas hay veces que no apreciamos que tenga supuración como ocurre con las otitis, que explicaría ese enrojecimiento y calor.
En estas ocasiones, es muy fácil que estemos ante un individuo que presente una alergia. Siendo, esas orejas calientes y enrojecidas, el primer o único signo que veremos. Existen otros signos de alergia como son el rascado de la piel del tronco, el lamido de los dedos o la aparición de habones por el cuerpo, que también podrían ir apareciendo.
Hay que controlar la higiene de los oídos de nuestras mascotas pues a veces son signo de otras enfermedades.