Alergia a pulgas en nuestras mascotas.

La alergia a pulgas es una de las alergias más diagnosticadas en la clínica veterinaria habitual.

La alergia a pulgas suele ocasionar una dermatitis en la zona de las lumbares y nacimiento de la cola en perros y gatos. Este hecho es de sobra conocido y ayuda de forma considerable a la hora de diagnosticar este proceso. Empieza con un enrojecimiento de la zona y pasa a presentar heridas costrosas producidas por el propio animal debido al intenso picor que ocasiona. Pueden aparecer pérdida de pelo, descamaciones y engrosamiento de la piel conforme el proceso se hace más crónico, incluso la piel puede cambiar de color volviéndose más obscura. En los gatos el lamido continuo de esta zona y la pérdida de pelo es el signo más característico.

El origen de esta alergia dermatitis es  una sensibilización del hospedador de la pulga frente a sustancias que actúan como antígenos y que están presentes en la saliva de las pulgas (generalmente Ctenocephalides felis felis), es por ello que para que se desarrolle la alergia la pulga debe picar a la mascota, no es suficiente con que esté saltando encima de él. El proceso es independiente del número de pulgas y puede aparecer una alergia rápida o ser más tardía y necesitar de la presencia continua de pulgas. Es decir, una sola pulga puede ocasionar un gran cuadro alérgico en un determinado individuo pero otro necesitar de una larga exposición a muchas pulgas para que presente un cuadro destacado.

En el caso del control de pulgas se debe tener en cuenta que no basta con eliminar las pulgas adultas que localicemos en el animal pues en el ambiente normal también habrá abundancia de ellas. Tampoco hay que olvidar las formas larvarias y los huevos que haya en el ambiente pues harán que de forma continua salgan nuevas pulgas que perpetuarán el proceso.

El uso de medicación antipruriginosa  y de productos que sean a la vez adulticidas, larvicidas y ovicidas  es lo indicado cuando se desencadena un brote. Una alimentación reforzada en ácidos omega 3 y 6 ayudará a recuperar la piel de forma más efectiva.  De forma preventiva se pueden utilizar esos mismos productos antipulgas y la alimentación rica en ácidos grasos esenciales que harán que tenga una piel más fuerte.

Orejas calientes.

La higiene previene, en nuestras mascotas, de muchas enfermedades.

En ocasiones apreciamos que nuestro perro, o gato,  presenta las orejas calientes y enrojecidas. A veces, acompañado de sacudidas de las orejas o rascado con las patas de atrás. Y después de inspeccionarlas hay veces que no apreciamos que tenga supuración como ocurre con las otitis, que explicaría ese enrojecimiento y calor.

En estas ocasiones, es muy fácil que estemos ante un individuo que presente una alergia. Siendo, esas orejas calientes y enrojecidas, el primer o único signo que veremos. Existen otros signos de alergia como son el rascado de la piel del tronco, el lamido de los dedos o la aparición de habones por el cuerpo, que también podrían ir apareciendo.

Hay que controlar la higiene de los oídos de nuestras mascotas pues a veces son signo de otras enfermedades.

Reacciones alérgicas en nuestras mascotas.

La aparición de un angioedema siempre conlleva un componente de estrés en nosotros y en nuestra mascota.

Es frecuente la aparición en consulta de multitud de perros y algunos gatos con alguna parte de la cara hinchada conformando lo que se denomina un ANGIOEDEMA o la presencia de diversas ronchas de diferentes grados de rojez por todo el cuerpo, URTICARIA. Normalmente se asocian a salidas al campo, con plantas e insectos como principales causantes, a inyecciones medicamentosas o vacunales  y a la ingesta de alimentos. En otras ocasiones el origen pasa desapercibido pues no podemos relacionarlo con ningún episodio destacado del día a día de nuestra mascota.

La urticaria y el angioedema se manifiestan como una reacción de hipersensibilidad cutánea debida a estímulos inmunológicos, a fármacos (como los Ieca’s),  vacunas (de todos es conocida la especial sensibilidad de  los hurones a muchas vacunas),  alergenos bacterianos, alimentarios o picaduras de insectos y plantas. No hablamos, por tanto, de que el veneno de la abeja ha provocado un angioedema sino que nuestra mascota es alérgica a dicho veneno y su inoculación en ella le desencadena dicho fenómeno de hipersensibilidad.

La urticaria aparece como ronchas (en la superficie de al dermis) de picor variable que pueden afectar a todo el cuerpo y suelen aparecer dentro de la primera hora de exposición al alergeno. Sobre todo aquellas que provocan picor se pueden tornar fácilmente infectadas por lo que además de la medicación para parar la reacción alérgica necesitará de un tratamiento antibiótico si la actuación contra ella no es rápida.

El angioedema se desarrolla como tumefacciones edematosas (bajo la superficie de la dermis), principalmente en cabeza (párpados y belfos) pero también en patas y tronco. La forma que afecta a glotis y aparato respiratorio o digestivo es menos frecuente pero más peligrosa debido al dolor que provoca en digestivo y a la posible obstrucción de vías aéreas con el consiguiente ahogamiento de afectar a respiratorio.

La reacción más severa de presentación generalizada se denomina anafilaxis, es potencialmente mortal y requiere de atención veterinaria inmediata. Es la de presentación menos frecuente.

Falsos mitos:

1.-«Un alimento/fármaco de uso cotidiano no provoca alergia alimentaria»: Es FALSO pues no nacemos con la alergia, sino que nos hacemos alérgicos con el tiempo.

2.-«Si mi mascota tiene alergia a un alimento, siempre que lo tome le dará reacción»: Cuando es muy intensa la alergia que nuestra mascota tiene a ese alimento suele pasar así pero es FALSO si la alergia no es muy intensa, pues su organismo lo tolerará en muchas ocasiones provocándonos despistes en el diagnóstico. El ejercicio después de las comidas o la ingesta de antinflamatorios ,y en cualquier caso la activación de los mastocitos (glóbulos blancos relacionados con las reacciones alérgicas de la piel) potencia la manifestación de episodios alérgicos en aquellos animales susceptibles de padecerlas.

3.-«La intolerancia a un alimento  es una alergia»: Es FALSO pues como bien se dice es una intolerancia y no un proceso alérgico el que le está provocando alteraciones digestivas a nuestra mascota y de hecho no aparece la sintomatología cutánea asociada a la alergia alimenticia.