La aparición de una lesión en el borde de la oreja puede ser un primer aviso frente a enfermedades más generalizadas, hay que tener siempre en cuenta estos casos.
Cuando un perro (o un gato) presenta el borde de las orejas alterados nos encontramos ante un síntoma que es común en muchas enfermedades. Nos ayudará a distinguir entre las distintas posibilidades la realización de preguntas al dueño sobre el origen y duración de dicho síntoma y un examen físico completo. La raza, la especie o la forma en que ha aparecido nos ayudará también. A continuación vamos a valorar algunas de estas enfermedades.
Necrosis del cartílago de la oreja en perros En aquellos perros que han sido sometidos al corte de sus orejas se puede producir un proceso de inflamación en los vasos sanquíneos del cartílago que da lugar a costras, supuraciones y úlceras llegando en casos a provocar la muerte del tejido o necrosis.
Dermatosis y alopecia familiar
En perros de tipo Collie pueden aparecer costras y vesículas en el borde de las orejas aunque también en cara, parte distal de la cola y extremidades que se alternan con zonas de pérdida de pelo o alopecia.
Plegado de la punta de las orejas de los gatos
En algunos casos puede ser de origen genético como es el caso de la raza Curl americana (con distintos grados de pliegue) pero en otros son debidos a lesiones derivadas de la radiación solar o la aplicación de medicamentos.
Dermatitis solar
Se observa pérdida de pelo o alopecia, signos de inflamación y formación de costras. Pueden quedar pigmetados los pabellones auriculares (acúmulo de melanina). Puede ser secundario a procesos inflamatorios autoinmunes (reacción del sistema inmune contra una parte del propio organismo del animal) o después de la administración de fármacos y plantas.
Carcinoma solar
Es un tipo de tumor que aparece como complicación de la dermatitis solar, sobre todo frecuente en gatos con capa blanca y vida libre en calle o jardín.
Dermatosis del borde de las orejas
Es una enfermedad seborreica (grasa) cuya causa se desconoce y frecuente en perros con orejas caídas y especialmente los llamados perros salchicha, Teckel o Dachshund. Puede progresar hasta llegar a presentar síntomas de vasculitis (inflamación de los vasos sanquíneos). En un principio se aprecia acúmulo de restos de queratina (proteína de la piel) y grasas que con el tiempo evolucionan con pérdida de pelo, costras, grietas en la piel, úlceras y fisuras muy dolorosas.
Sarna demodécica
Es una infectación parasitaria en la que los ácaros suelen afectar principalmente orejas y rostro y los miembros delanteros por rascado y lamido.
Dermatitis por picadura de moscas o mosquitos.
Si bien son distintos las moscas/mosquitos que afectana perros y gatos en ambos se produce una pequeña zona redondeada de pérdida de pelo e inflamación con pequeñas hemorragias y la formación de costras discretas.
Infestación por hongos
Se aprecia caspa, pérdida de pelo por rotura de aquellos infectados y acúmulos del pigmento melanina en el centro de la lesión. Si se coloca la zona debajo de una lámpara de rayos ultravioletas especial llamada «lámpara de Wood» podremos ver que presentan fluorescencia en un gran porcentaje de casos.
Leishmaniosis
La oreja suele ser un punto principal donde el flebotomo (mosquito de la Leishmaniosis) pica y podemos encontrar hasta tres fases dependiendo del tiempo que haya pasado desde la picadura:
Fase precoz: caracterizada por una lesión roja de 10 a 15 mm de diámetro rodeada por un anillo con mayor grado de inflamación.
Fase intermedia: caracterizada por una lesión ya ulcerada y mayor, con un tamaño de 2 a 3 cm de diámetro
Fase precicatricial: que precede a la desaparición definitiva de la lesión.
Esta enfermedad presenta como hemos visto una fase en la piel y otra más avanzada y dañina en las vísceras. Cuando la fase cutánea ha sido ya superada la piel se puede ver de nuevo afectada con la aparición de abundante caspa por todo el cuerpo ocasionada por la reacción de defensa del organismo frente al parásito.
Enfermedades autoinmunes
Las enfermedades autoinmunes son provocadas por nuestro propio sistema de defensa que presenta, en estos casos, fallos de reconocimiento de ciertas estructuras como propias y las considera ajenas al organismo y por consiguiente propicias para atacar. En estos casos podemos encontrar reacciones del sistema inmune frente a casi cualquier órgano o región del organismo y no iba a ser menos el borde de la oreja, donde podemos encontrar pérdida de pelo, pérdida de la pigmentación, formación de costras e incluso la muerte del tejido que lo conforma.
Existen además una serie de anticuerpos, producidos por tanto por el sistema inmune, denominados crioaglutininas que pueden provocar lo síntomas que hemos mencionado antes cuando el animal se expone a temperaturas frías, por debajo de los 5ºC. Y afectan no sólo al borde de las orejas si no que también afectan a cualquier extremo corporal que se encuentre un poco aislado (dedos, cola, trufa… etc).
Trastornos hormonales: El aumento o disminución de las distintas hormonas que produce nuestro organismo también puede provocar alteraciones en la piel y en el borde de la oreja. Se aprecia atrofia (falta de desarrollo) de piel y pelo y alteraciones en la pigmentación de la piel.