Los primeros días de los cachorros son los más importantes pues aún están muy indefensos.
Desde el momento en que nacen los cachorros son un cúmulo de sorpresas y preocupaciones tanto para la madre como para los dueños. Hay perras que, por ser primerizas o porque su periodo de impronta ha sido pobre, carecen del instinto necesario para cuidar a los cachorros. Pueden entonces descuidarlos y consecuentemente estos correrán riesgo de morir enfriados, por inanición o enfermedad.
Algunas madres incluso pueden aplastarlos porque los gritos de los cachorros no despiertan en ellas un instinto maternal fuerte. Hay que estar vigilante al menos durante los primeros días para que esto no ocurra. Además debemos asegurarnos que la madre los alimenta cada 2-3 horas al principio, que los lame estimulando que orinen y defequen y que permanecen calientes sino tendremos que suplirla en lo posible. Siempre que intervengamos para el cuidado de los cachorros será porque la madre no puede o sabe hacerlo bien.
Si la madre tiene suficiente leche podemos colocarle los cachorros en las mamas para que se enganchen y si no es posible se le dará leche maternizada. Tendremos que vigilar que el cordón umbilical se está secando bien y no se infecta. La madre deberá estar tomando un pienso de tipo starter o de cachorros que le ayudará a hacer más leche y será además el primer pienso que prueben los cachorros, siendo ideal para ellos.
Si tenemos dudas sobre si los cachorros se están alimentando bien podremos pesarlos en un peso de gramos y comprobar que cada día suben de peso.
Al cabo de un par de semanas con los ojos ya abiertos los cachorros empezarán a salirse de la cama donde nacieron y con cuatro semanas empezarán a probar el alimento sólido. Hacia la sexta semana se empieza la administración de antiparasitarios de los cachorros y se les prepara para su primera vacunación. Lo mejor es que estén con la madre hasta las 10-12 semanas pues es ella quien les educa y les alecciona como perros que son y serán.