La toxoplasmosis está producida por un parásito microscópico llamado Toxoplasma gondii.
La toxoplasmosis es una enfermedad que suscita un interés creciente en nuestra sociedad. Son muchos los clientes que acuden a nuestro hospital preocupados por la posible transmisión de la enfermedad. La toxoplasmosis se define como una zoonosis, es decir, es una enfermedad que comparten los animales y la especie humana; por lo tanto, es susceptible de ser transmitida de los animales al hombre. Con éste artículo pretendo romper con algunos falsos mitos creados en torno a esta enfermedad y aportar algunas medidas de prevención e higiene adecuadas para evitar la transmisión de la enfermedad al hombre.
La toxoplasmosis está producida por un parásito microscópico llamado Toxoplasma gondii. Los gatos y otras especies felinas son los hospedadores definitivos, es decir, el parásito desarrolla su ciclo completo (fase sexual) en el gato. Sin embargo, la infección puede desarrollarse en numerosas especies animales, incluido el hombre. En el hombre, la mayoría de los casos de infección son asintomáticos, no produciendo enfermedad, aunque en una de cada 10 personas se manifiestan signos leves y de corta duración que pueden ser similares a una gripe, razón por la cual puede pasar desapercibida si no se realizan unos exámenes clínicos específicos. Las personas, cuando han sido infectadas desarrollan inmunidad, por lo que una nueva infección no ocasiona enfermedad ninguna.
El gato y otras especies felinas son los únicos animales que eliminan con las heces las formas infectantes del parásito. El gato infectado eliminará el parásito durante 3 semanas o un mes aproximadamente, aunque el parásito no es infectante hasta que han transcurrido unas 24-48 horas tras su eliminación con las heces. Bajo condiciones ambientales adecuadas, al parásito se conserva viable durante muchos meses e incluso años, contaminando la tierra, el agua y los vegetales. Otros animales, como cerdos, rumiantes y aves se infectan al ingerir verduras, frutas o semillas contaminadas. Una vez ingeridos, los parásitos se depositan en el músculo en forma de quistes microscópicos. El hombre adquiere la infección al ingerir carne, agua o verduras infectadas. Según algunos estudios se considera que cerca de la mitad de la población mundial ha sido infectado con el Toxoplasma en algún momento de su vida.
El mayor riesgo de padecer problemas está en las mujeres embarazadas, ya que el parásito puede atravesar la placenta e infectar el feto, causando abortos o malformaciones congénitas que incluso pueden desarrollarse varios años tras el nacimiento. Si la mujer se ha infectado antes de los 6 meses de quedar embarazada, no hay riesgo de enfermedad para la madre, ni de infección para el feto ya que se desarrollan anticuerpos que confieren inmunidad. Si la primoinfección se produce en la madre poco antes de quedar gestante o durante el embarazo, el riesgo para el feto es mucho mayor. Con un simple análisis de sangre es posible conocer si la madre ya ha estado expuesta al parásito y si la infección se ha producido recientemente. En éste último caso, su médico le facilitará un medicamento que permitirá reducir en gran medida el riesgo de infección en el feto. Si está usted embarazada, o planea estarlo, consúltelo con su médico.
Otro grupo de riesgo importante los constituyen las personas inmunodeprimidas (pacientes con SIDA, o en tratamiento con ciertos medicamentos como corticoides o quimioterápicos). En éstos casos, la infección puede evolucionar a una forma grave de la enfermedad.
RECOMENDACIONES Y MEDIDAS DE HIGIENE ADECUADAS PARA EVITAR LA INFECCION POR TOXOPLASMA
Estas recomendaciones son válidas para la población en general y para las mujeres embarazadas o pacientes inmunodeprimidos en particular.
- Utilizar guantes cuando se manejen carnes crudas. Lavarse las manos y los instrumentos utilizados con agua y jabón tras la manipulación de productos cárnicos. El proceso de congelación durante 3-5 días o cocinar las carnes y verduras por encima de los 66º C destruyen completamente los parásitos.
- Lavar las verduras frescas antes de su consumo.
- Hervir el agua si no procede de estructuras canalizadas.
- Emplear guantes cuando realice trabajos de jardinería o trabaje con tierra. En la tierra, los parásitos pueden permanecer infectantes durante muchos meses.
- No alimentar a los gatos con carnes crudas, ni permitir que cacen.
- Es aconsejable limpiar diariamente el arenero de los gatos, sobretodo si éstos son de vida semilibre. Si está usted embarazada o es inmunodeprimido, permita que ésta labor la realice otra persona.
Para concluir, es importante señalar que desde un punto de vista epidemiológico o estadístico, la gran mayoría de las infecciones en el hombre no están asociadas de forma directa a los gatos, por lo que convivir con éstas mascotas no constituye un aumento significativo del riesgo de infección, sobretodo cuando no tienen relación con el exterior de la vivienda, y son alimentados exclusivamente con piensos comerciales o comida casera bien cocinada. Sin duda, el mayor riesgo de infección en países desarrollados es la manipulación de carnes crudas, la ingestión de carnes y verduras escasamente cocinadas y la falta de medidas higiénicas adecuadas al manipular tierra o realizar trabajos de jardinería.